sábado

Mandela y el deporte, historia de la reconciliación de Sudáfrica

Esta tarde Nelson Mandela podrá ver el partido que Sudáfrica jugará contra España para conseguir una plaza en semifinales de la Copa Confederaciones que se disputa en su propio pais, verá como la repleta grada corea el nombre de Mathew Booth, Defensa de raza blanca del equipo africano que es el ídolo de la mayoritaria afición negra, nadie cómo Mandela sabe el duro camino recorrido, lleno de sufrimiento, concesiones y humildad para llegar a esta situación.


Durante todo el siglo XX existió una gran discriminación racial en sudáfrica impuesta por los colonizadores holandeses, pero fue en 1950 cuando el "Apartheid" se "legalizó" por una ley que reservaba ciertos distritos en las ciudades donde sólo podían ser propietarios los blancos, forzando a los no blancos a emigrar a otros lugares. Las leyes establecieron zonas segregadas tales como playas, autobuses, hospitales, escuelas y hasta bancos en los parques públicos. De esta manera durante bastantes años 4 millones de blancos sometieron a 25 millones de negros.




Nelson Mandela se perfiló como el lider de la lucha contra el Apartheid, motivo por el que fue encerrado durante 27 años en la carcel, narrados en la película Adios Bafana, en el que retrata el caracter de Mandela que fue capaz de seducir y hacer una buena amistad con su carcelero racista. El liderazgo de Mandela siguió en la carcel, a pesar del incomunicado encierro al que estuvo sometido en Robben Island (una especie de Austwitch), en el que los reclusos negros jugaban a futbol como valvula de escape, y que a pesar de estar prohibido se arriesgaban a duros castigos jugando al futbol en celdas y pasillos con pelotas hechas de papel, unos años más tardes a petición de Cruz Roja se permitió jugar en el patio, a pesar de que Nelson Mandela nunca jugó uno de estos partidos al no tenerlo permitido ayudó a la organización de la liga interna llamada Makana, cuando se enteraron que Mandela seguía por su ventana todos los sabados la liga de futbol desde su aislado módulo especial, levantaron un muro para que no pudiera hacerlo, y seguir minando la moral de Nelsón, cosa que no consiguieron...


En 1990 con el fin del Apartheid salió de la carcel y en 1994 fue proclamado presidente de la Republica Sudafricana. Tan solo un año más tarde se disputó el Mundial de Rugby gracias al desbloqueo internacional, el deporte de los blancos que hasta hace poco estaba prohibido para los negros. A medida que la selección africana iba avanzando en el campeonato el seguimiento era mayor, especialmente por la población negra que nunca quisieron saber nada de este deporte al ser el símbolo de la opresión blanca, sobre todo al llegar a la final con la todo poderosa e invatible Nueva Zelanda, parecía imposible ganarles, pero por primera vez Sudafrica tenía un país completo apoyandoles.





La mañana de la final Nelson Mandela decidió llamar al presidente de la federación para que le trajera una camiseta de los Springboks, de color verde, el color de la opresión blanca. Y que esa camiseta llevara el número 6, el de François Pienaar, el capitán.

Una hora antes del partido, Mandela llegó al estadio. La tensión era descomunal en todo el país. En Soweto los bares estaban repletos de negros a los que antes nunca interesó el rugby (durante los tiempos del apartheid, Soweto fue construida con el fin de alojar a los africanos negros que hasta entonces vivían en áreas designadas por el gobierno para los blancos). Y llegó la hora de los himnos, Mandela debía bajar a saludar a los jugadores, se puso la camiseta de Pienaar y con ella saludó uno por uno a los jugadores, lo que produjo un silencio absoluto, unos segundos para la historia. Hasta que estalló un clamor: 72.000 personas rompieron a gritar: “¡Nelson, Nelson!”. El noventa y cinco por ciento blancos. Fue uno de los momentos más gloriosos del siglo XX.

“En ese momento nos dimos cuenta que había un país entero detrás nuestro, y que este hombre tuviera puesta la camiseta de los Springbok era un signo, no sólo para nosotros, sino también para toda Sudáfrica, que tenemos que unirnos, y tenemos que unirnos hoy”,
comentó el medio melé Joost van der Westhuizen.



Y el capitán François Pienaar:
“Yo nunca me imaginé que él iba a estar allí, y nunca en mi vida pensé que iba a usar la camiseta de los Springbok. Y él estaba allí con toda su aura. Él sólo nos deseó buena suerte, eso es todo lo que dijo. Luego se dio vuelta y ahí estaba el número seis en su espalda, ¡y ese era yo! Estaba tan emocionado que no podía cantar el himno, estaba muy emocionado y muy orgulloso”.




Hoy juegan 2 jugadores blancos en la selección de fútbol, 7 jugadores negros en la selección de Rugby, y sobre todo... el pais está unido apoyando a sus selecciones deportivas

Hoy Nelson Mandela podrá ver el partido de Sudáfrica - España en su pais sin que nadie se lo prohiba ...


1 comentario:

Esteban dL dijo...

cómo recuerdo ese mundial de 1995, a François Pienaar, entre otros y tambien, amargura por Los Pumas, que les habia ido mal

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