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Che Guevara, el deportista

Este mes se cumplen 50 años de la entrada del Che en la Habana despúes del triunfo de la revolución, es uno de los íconos del siglo XX, pero lo que la gran mayoría desconoce es su pasión por el deporte, además de médico, trabajó como caddie del club de golf cercano a su casa, fundó una revista deportiva, trabajó de periodista deportivo para una agencia, recorrió casi toda Argentina, con una bicicleta y la ayuda de un pequeño motor y más adelante recorrería en moto gran parte de sudamérica, donde forjó su espiritu revolucionario después de ver la realidad del continente, como se puede ver en la recomendable película diarios de una motocicleta, también desarrollo la práctica deportiva como terapia psicológica para los enfermos de la leprosería peruana donde estuvo residiendo.
A parte de todo eso práctico gran cantidad de deportes como la natación, el golf, montañismo, boxeo, ping-pong, tenis, fútbol, ajedrez, rugby, aviación, navegación, tiro, pesca, patín, hípica, béisbol, voleibol y báloncesto. ¿Se pueden realizar todas estas actividades en una sola vida? Sí, se puede. Porque Ernesto Guevara Serna, el Che, se desempeñó con mucha tenacidad y esfuerzo en cada una de ellas.

En su infancia, en su adolescencia y también en su adultez. La relación entre el deporte y Guevara fue muy estrecha. Casi como un romance incondicional. Por necesidad, por placer y, sobre todo, por convicción. Como en sus inocentes dos años , cuando se descubrió que padecía de asma. O en su adolescencia rebelde, en la que conseguía todo lo que se proponía. O en la madurez , cuando utilizó al deporte como herramienta de su andar.


En 1928 nació Ernestito, hijo de padres deportistas, amantes del campo y de la vida en la naturaleza, se crió en plena actividad de su madre como nadadora. Porteño, el pequeño Ernestito tuvo un ataque gravísimo a los dos años. Era asmático y el doctor recetó actividad física para el niño. A los cinco, ya había aprendido a nadar con mucha habilidad y coordinación. En esa época, la familia Guevara se había instalado en Alta Gracia, Córdoba, adonde se habían trasladado para que su hijo respirara aire fresco y así apañar la enfermedad que dañaba sus pulmones.


Además de la natación se interesó por el golf. Vivía muy cerca del campo de la ciudad y hasta fue caddie. " Ernestito llegó a ser un excelente jugador de golf ", escribió alguna vez su padre, textual que se puede leer en el libro La Patria Deportista, del periodista Ariel Scher.Las historias del Chancho, ya conocido como el Pelado en sus primeros años de la escuela primaria, con el deporte se suceden una a otra. Es que el gusto por la práctica de Ernesto era apasionada. En la Escuela en los partidos de fútbol siempre se ponía de portero

CHE y el Rugby
Sin embargo, no hay dudas de que el rugby fue la actividad a la que más se dedicó. Al conocer a los hermanos Granados, en Córdoba, el Pelado pasó a ser apodado Fuser . No sólo en eso cambió Guevara sino que de esa manera se formó como hombre. Alberto, el mayor de los Granados, era entrenador en el club Estudiantes y fue el que le enseñó a jugar, "Mirá, Pelado - le dijo Granados -, acá el examen de ingreso consiste en saltar por arriba de un palo y caer con el hombro. Los que vienen al rugby para hacer pinta no se animan. Los que quieren jugar pasan la prueba. Ahora te toca a vos.". Guevara tomó carrera, dió el primer salto y ofrendó su hombro al suelo. Casi sin respirar, inició la segunda carrera, pegó el segundo salto y de nuevo fue al piso. Se levantó y reiteró el ciclo. Granados rememora: "Si no le digo basta, todavía se está tirando...". El aprendizaje le proporcionó a Guevara un tackle muy bueno, bastante heterodoxo. No tomaba al contrario de la cintura sino casi a la altura de los hombros. Era un tackle violentísimo que realizaba como wing o como ala, sus puestos iniciales. Poco a poco dejó de ser el Pelado para recibir un nuevo bautismo. Ahora era el Furibundo Serna, un apodo que articulaba su energía enorme para jugar con el apellido de su madre. Luego, Furibundo Serna fue apocopado en Fuser, porque la dinámica del rugby exigía un seudónimo más corto. Guevara casi no faltaba a los entrenamientos nocturnos en el estadio provincial. Como eran los estudiantes los que jugaban al rugby todos los clubes practicaban de noche. Mientras esperaba su turno en la cancha, Fuser se acomodaba contra uno de los dos faroles que iluminaban el predio y emprendía un rito que no todos comprendían. Revolvía sus cosas, sacaba un libro y leía. Leía sin parar. Pasó por el club Estudiantes de Córdoba y luego a Buenos Aires. Se inscribió en el SIC y su padre quiso impedir que siguiera practicando un deporte demasiado rudo para un niño con asma. "Viejo, me gusta el rugby. Y aunque reviente lo voy a seguir practicando", explicó el entonces Ernestito y continuó su carrera como rugbier en Yporá para pasar luego a Atalaya. Pero además lo inició como periodista. Fue el fundador de la revista Tackle , la tercera especializada en el deporte. Posteriormente el trío deporte-Guevara-periodismo funcionaría a la perfección. En 1955 consiguió trabajo en Agencia Latina y cubrió los Juegos Panamericanos de México. Pero ya para esa época el deporte cumplía otro rol en la vida del emergente Che.

En 1951 realizó su primer viaje importante. Recorrió Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, Chaco, Formosa, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, San Luis y Córdoba. Eso le valió una aparición en El Gráfico promocionando la "excelente calidad" del motor de la motocicleta en la que había se había montado por más de 4.000 kilómetros. Pero marcó un cambio en la vida deportiva. Ya su habilidad física le servía para atravesar Sudamérica de punta a punta . Con un partido de fútbol se hizo amigo de unos muchachos en Bolivia, con el básquetbol entabló relaciones con unos militares peruanos; navegó por el Río Amazonas.

También en 1955 y desde México, Guevara envió a su madre una carta en la que narraba el hallazgo de un nuevo deporte: "Mi vida extramédica continúa en un monótono ritmo dominguero, jalonado por hazañas como las de subir al Pocatépetl (al fin le vi las amígdalas a la Pacha Mama), volcán tutelar de México que tiene 5400 metros; honradamente, para mí fue fácil y apasionante". El deporte se había convertido en supervivencia y había dejado de ser una necesidad lúdica.




El Che fue el máximo impulsor del ajedrez en Cuba, sintió siempre una gran admiración por José Raúl Capablanca; Para el guerrillero “el ajedrez es un educador del raciocinio” pues define los valores de análisis, concentración y autocontrol que caracteriza muchas veces el carácter de todo aquel que lo juega o practica. Guevara pasó por el fragor de la Sierra Maestra con un fusil entre los dedos y un tablero de ajedrez a mano.Salió segundo dos veces en los campeonatos del Ministerio de Industrias (del que era titular) y participó en los torneos del Instituto de Deportes y Recreación (INDER), en los que ascendió de la tercera a la primera categoría. Jugó partidas simultáneas contra varios de los mejores jugadores de la época (Víctor Korchnoi, Miguel Najdorf, Mijail Tal) y se dio el gusto de vencer al maestro nacional cubano Rogelio Ortega. El desafío con Najdorf se produjo en La Habana en 1962. Constituía una revancha. Guevara, joven y anónimo, había hecho tablas con Najdorf en Mar del Plata, en 1949. En el segundo duelo aquel muchacho ya era comandante y famoso pero la partida volvió a terminar sin vencedores.
Siempre consideró que el deporte era un elemento fundamental en la construcción de una nación
El Che de la Cuba revolucionaria resaltó el valor del deporte.

Después, el planeta completo hizo sitio a la leyenda y la leyenda abarcó al deporte. La prensa divulgó que un equipo peruano salió a la cancha con una foto del Che. Otros testimonios recogieron el caso de un club de rugby donde por portar esa misma imagen en su camiseta una persona fue obligada a cambiar de atuendo. La revista Jaque Mate, órgano oficial de la Federación Cubana de Ajedrez, lo homenajeó con un número especial. En la nota editorial decía: "El Che no sólo fue un símbolo y un estímulo para la lucha por la liberación nacional y un constructor de la primera revolución socialista de América sino que además su presencia constituyó un aliciente de inocultable valor para el naciente movimiento deportivo".
En los años noventa, simpatizantes de varios clubes argentinos mezclaron entre las banderas distintivas de sus equipos algunos estandartes con la cara de Guevara. En octubre de 1994, la policía hirió a un seguidor de Huracán que se resistía a entregar su bandera. Nadie explicó por qué la imagen del Che no podía exhibirse en una cancha de fútbol. También por esa época un grupo de hinchas de Rosario Central mandó a La Habana una camiseta del club como ofrenda. Finalmente, William Gálvez publicó en Cuba Che Deportista, un libro emotivo y prolijo, que recorre exhaustivamente la biografía deportiva del Che.



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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder con el Che, y eso que era asmático

Anónimo dijo...

Es impresionante la capacidad de este hombre, carisma, inteligencia, habilidad, deportividad,liderazgo.... difícil de superar hoy día

Albertigues dijo...

Me ha impresionado esta historia, da gusto ver que alguien se sale de lo normal y escribe cosas realmente interesantes en un blog.

Saludos.

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