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El secreto de Obama


Parece como si todo los problemas de la humanidad los fuera a solucionar el actual presidente de los Estados Unidos y es que su simpatía, elegancia, trayectoria, orígen y oratoria ha hipnotizado no sólo a los americanos si no a casi toda la población mundial. Cómo puede una persona soportar toda esta presión y mantener su capacidad de trabajo y simpatía, especialmente durante la maratoniana campaña electoral, Barack nos da la solución:
"Hago ejercicio antes de empezar el día", le dijo Obama, de 47 años, a la revista Men´s Health en una entrevista publicada en la edición de noviembre. "Siempre le robo un rato al sueño para ejercitarme. Por lo general, le dedico al ejercicio unos 45 minutos, seis días por semana. Hago pesas un día y ejercicios cardiorrespiratorios al día siguiente."
Según dijo, preferiría ejercitarse durante 90 minutos.
Durante la campaña, incluso en los momentos más complicados, Obama estableció como prioridad empezar su día con ejercicio. Eso, con frecuencia, significaba que una pequeña caravana de agentes del servicio secreto y de periodistas lo seguía todos los días hasta algún gimnasio local.
Su actividad física preferida es el básquet, deporte que se convirtió en una especie de ritual de su campaña. Adquirió la costumbre de lanzar la pelota al aro con sus amigos el día de cada una de las elecciones primarias, y la costumbre se mantuvo en acontecimientos importantes como su discurso de aceptación en la Convención Nacional Demócrata y en el día de las elecciones generales.
"Es muy bueno; sabe jugar, entiende el juego y está maravillosamente en forma", dijo el tesorero del estado de Illinois, Alexi Giannoulias, un amigo que jugó profesionalmente al básquet en Grecia y que con frecuencia acompaña a Obama en la cancha.
En la Casa Blanca, el presidente electo puede seguir con su rutina de básquet en el patio descubierto, y ha bromeado acerca de la posibilidad de reemplazar la cancha de bowling por una de básquet cubierta.
Michelle es igualmente devota del ejercicio, y le dijo a la revista People que sus sesiones en el gimnasio son de 90 minutos, tres veces por semana.


El apoyo del deporte en las elecciones


















Sus apoyos van más allá de su pasión confesable por las canchas de baloncesto. De hecho, es el único de los aspirantes en las primarias que aparece en la «hoopedia» de la NBA por su pasado como jugador de básquet. Obama fue un aceptable jugador (mide 1,87), rápido y con buena mano izquierda, que ganó el campeonato estatal con su escuela (Punahou, Honolulú). Eran los tiempos de un casi adolescente que idolatraba a Julius Erving, a quien admiraba en un enorme póster en su habitación.
Ese pasado, sin duda, le ha ayudado en su victoria electoral. Entre sus apoyos están, por ejemplo, el mítico «23» -Obama jugó con ese número- de los Bulls de Chicago, Michael Jordan (2.100 dólares, aparte de los 10.000 que puso para que ganara en Illinois), «Magic» Johnson (2.300, el tope que se puede dar a título personal), el técnico de los Lakers, Phil Jackson (2.300), Charles Barkley (sólo de palabra), Abe Pollin, «capo» de los Wizards de Washington (2.300), el dueño de los Celtics de Boston, Wyc Grousbek, y varios jugadores de la NBA, entre ellos Grant Hill (Suns de Phoenix), Josh Childress y Marvin Williams (Hawks de Atlanta, 2.300), Mike James (Rockets de Houston) o Stephon Marbury (Knicks de Nueva York). Las recaudaciones de Obama se acercan a los 40.000 dólares, con aportaciones de figuras del fútbol americano (Eagles de Filadelfia, Cowboys de Dallas, Bengals de Cincinnati, Steelers de Pittsburgh o Broncos de Denver) o del béisbol (Derrek Lee, de los Cubs de Chicago).

Además de estos apoyos económicos ha tenido los apoyos políticos explícitos de figuras con Tiger Woods y Lebron James


Y encima es del Cadiz...

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